ANÁLISIS: Schim

Por Andres Belluzzi

Dicen que en lo último que hay que desconfiar, es en nuestra sombra.

¿Y pero si un día, atropellados por la veloz rutina, la perdemos y no nos damos cuenta?

De eso trata Schim, un juego relajante, que busca su identidad artística y que nos cuenta una historia de vida cotidiana a través de una sombra en busca de su dueño.

Con mecánicas simples pero entretenidas, este juego de plataformas combina un estilo artístico muy marcado y un story teller muy sutil pero efectivo. Schim puede catalogarse como ese indie que apunta a qué menos, sea más. 

No es complejo de entender, no es complejo de jugar y su arte es lo más minimalista posible. Tal vez sea por toda esa simpleza que se vuelve un juego interesante, pero a medias.  En pocas palabras, no hace nada necesariamente mal, pero tampoco termina de destacar. Lo cierto es que definitivamente es un juego muy recomendado si buscamos relajarnos un poco o para introducir a alguien nuevo al maravilloso mundo de los videojuegos. 

También hay que destacar que no es un titulo para cualquier edad, que su amable ambientación no nos confunda. Por momentos, Schim se pone algo áspero en cuanto a las formas de avanzar. Por suerte, y de gran acierto, los tiempos muertos son inexistentes e invitan a seguir intentando avanzar constantemente.

Y si bien Schim es un titulo simple, tiene algunos niveles interesantes y desafiantes en los que nos ha hecho pregunta “¿cómo voy a llegar hasta ahí?” Pues a veces solo basta con la formula de prueba y error, mientras que en otras ocasiones vamos a necesitar si o si de activar algún objeto que ayude a impulsarnos o nos permita mover con más facilidad y llegar a la siguiente sombra. Porque, por si no quedó claro, de eso se trata el juego. De saltar de sombra en sombra para lograr llegar a nuestro dueño original que, dicho sea de paso, pareciera que ni cuenta se dió de nuestra ausencia.

En algunas ocasiones, lo mejor será utilizar el giro de la cámara para posicionar la sombra en un ángulo que nos sea más conveniente, mientras que en otros casos, lo más sensato será esperar a que algún auto o persona pase por ahí y usarlo como vehículo para avanzar.


Como adicional el juego posee algunos objetos coleccionables que pueden saciar la exploración de los mas curiosos y si bien la gran mayoría de objetos solo emitirá algún que otro sonido cuando accionamos su sombra, algunos otros dan ventajas considerables (como por ejemplo, los semáforos).

Posiblemente lo más llamativo de Schim sea su artística simple pero llamativa. El contraste de colores no solo que le queda muy bien, sino que también es vital para diferenciar las sombras de los objetos de su mundo. Como detalle adicional, en las opciones puede engrosarse las líneas para remarcar aún más los objetos. Por lo general, predominará un color diferente en cada nivel que también hará su aporte para el avance de esta historia contada de manera muda. La manera de avanzar en la historia, es plenamente interpretativa lo cual también le da una pincelada interesante. De cierto modo, me recordó a títulos como Unpacking.

Por último, la música acompaña gratamente fusionando la tranquilidad que recorre todo el título en general.


Schim es un juego simple y relajante. Pero que si se quiere se puede tomar con seriedad y nos irá mostrando mediante el avance de la vida de nuestro personaje una narrativa interpretativa de como la cotidianeidad y la veloz rutina nos puede despistar lo suficiente como para perder algo tan esencial como nuestra sombra y no notarlo. 

  • Desarrollado por: Ewoud van der Werf, Nils Slijkerman   
  • Publicado por: Extra Nice, PLAYISM   
  • Fecha de lanzamiento: 18 de julio de 2024
  • Disponible en: Xbox One, Xbox Series, PC, PS4, PS5, Switch

*Código de review proporcionado por PLAYISM*