ANÁLISIS: Forza Motorsport

Por Ariel Fuentes

Pasaron seis largos años desde Forza Motorsport 7. Desde ese entonces, corrió mucha agua bajo el puente: sus competidores publicaron nuevas entregas, llegó la Novena Generación de consolas, y las otras joyas en la corona de Xbox (Halo y Gears) siguieron perdiendo importancia.

Este es el esperado regreso de la única franquicia en la antigua trinidad de Microsoft que todavía conserva el invicto. Vuelve el último campeón, y no debería tener problemas en revalidar su título... ¿o sí?

Bienvenidos a nuestro análisis de Forza Motorsport.

En 2010, una intervención quirúrgica me obligó a pasar dos meses de recuperación en la casa de mis viejos. Con todo ese tiempo libre, y cansado ya de jugar en una PC complicada y obsoleta, sentí que era momento de volver a un viejo amor: las consolas. Investigué, pregunté, comparé. Mi decisión final entre la PlayStation 3 y la Xbox 360 tuvo que ver con cuál tenía el mejor juego de carreras: aunque conocía y respetaba a los Gran Turismo, probé Forza Motorsport 3 y me enamoré.  

Trece años después, esa elección me llevó a estar completamente involucrado en el ecosistema de Microsoft, con mil amigos y casi un millón de puntos de gamerscore. Por aquel viejo Forza es que juego en Xbox, hago un podcast y escribo estas palabras.

Forza tiene algunas particularidades. Primero, es la única gran saga exclusiva de Microsoft que nunca decayó en calidad. A diferencia de Halo –que está en terapia intensiva- y de Gears of War –que sigue ofreciendo entregas dignas, pero cuya relevancia empieza a oxidarse-, los productos de Turn 10 siempre mantuvieron un estándar altísimo. Incluso los detractores más irracionales de Xbox saben que odiar a Forza no tiene sentido; no hay muchas otras franquicias tan ampliamente respetadas.

En segundo lugar, otra curiosidad: los Forza Motorsport, legendarios por mérito propio, generaron una saga paralela incluso más exitosa: los Forza Horizon, que llevaron esas mecánicas tan satisfactorias a un mundo abierto y se tomaron algunas licencias

creativas. Los cinco Forza Horizon también son juegos muy influyentes, amados por la crítica y el público general. Pero esa es otra historia.

El último Forza Motorsport publicado hasta ahora era el 7, que salió hace 6 años -tecnológicamente, una eternidad- pero se sigue viendo espectacular. Después de algunas turbulencias iniciales logró enderezar el rumbo hasta consolidarse como uno de los juegos de carrera imprescindibles, especialmente en el ambiente consolero, donde sus némesis son los Gran Turismo (más algún contendiente ocasional con menos caballos de fuerza, como los malogrados Project Cars). También existen los competitivos Assetto Corsa, que son más realistas pero mucho menos amigables y requieren un pulso milimétrico.

Ahora, Forza Motorsport regresa tras la ausencia más larga de su ilustre historia y nos recuerda: si la onda de Horizon es la libertad y la exploración, la nuestra es la competición y la habilidad. Desde el primer momento queda clarísimo que quiere ser una plataforma seria, y en constante evolución, para ganar terreno en el ámbito deportivo de las carreras online.

Esto es evidente en el menú mismo: el multijugador ya no es un anexo escondido, sino que las transformaciones del gaming en los últimos años lo desplazaron al centro del escenario. Está el menú de siempre (Rivales, Eventos, carreras por categorías), pero ahora es una experiencia mucho más fluida y orgánica. Es como si el resto de este Forza Motorsport hubiera sido construido sobre su apartado multijugador.

Unirse a una sala es mucho más fácil e intuitivo que antes. Además, en las partidas online podemos movernos entre las Prácticas, las Clasificatorias y el garage a nuestro gusto para mejorar tiempos o aplicar modificaciones a nuestro auto antes de que comience la carrera.

Pudimos medirnos contra otros afortunados que accedieron tempranamente al juego, y nos resultó sumamente dinámico y cómodo. Motorsport será calificado como realmente exitoso o no según el recibimiento que tenga por parte de la comunidad de carreras más orientada a las competiciones, donde ha logrado avances pero todavía se le presentan algunas resistencias.

Por supuesto, también hay un modo para single player de estructura muy clásica, donde vamos completando campeonatos con autos cada vez más rápidos. Me sorprendió, después de acostumbrarme a la flexibilidad otorgada por las campañas de otros juegos, lo estricto que Motorsport se siente en comparación. Por ejemplo, pasé mis primeras horas, casi involuntariamente, usando un Subaru de entrada de gama. Claro, en cualquier momento podía armar un evento libre y alquilar la bestia de mil caballos que se me diera la gana, pero si quería progresar por las Copas temáticas para acumular créditos y logros, tenía que seguir soportando carreras de varias vueltas a bordo de hot hatchs callejeros o de clásicos no demasiado veloces. No me quejo, pero sepan donde se meten si lo que buscan es jugar solos: acá, Forza Motorsport se siente como una regresión a modos campaña antiguos. 

Como condimento, podemos elegir el lugar de la grilla desde el que arrancamos: mientras más atrás, más potenciales premios económicos habrá si cumplimos el objetivo.

La IA sigue basada en el sistema de Drivatars, alimentada por la conducta de jugadores reales. Me encontré varias veces con el avatar de un amigo. Los autos conducidos por la máquina pueden calibrarse en una escala de dificultad de ocho niveles; yo me sentí cómodo entre 5 y 7. Dentro de ese rango noté que se comportan de manera creíble, desafiante, aunque algo agresiva en curvas, y cada tanto cometen errores no forzados que nos abren ventanas de oportunidad.

Los creadores de Forza dicen que quieren que te enamores de unos 10 autos y que esa fidelidad te lleve a personalizarlos, mejorarlos y dominarlos. Nos parece una propuesta muy interesante, aunque le encontramos alguna que otra dificultad.


En el núcleo de Forza Motorsport hay un sistema que eleva el nivel de tu auto mientras más lo conduzcas. Subir de nivel irá desbloqueando mejoras mecánicas y posibilidades de customización, pero es más lento de lo que imaginaba: llevar mi Porsche Cayman a nivel 25 (mitad de camino hasta el máximo de 50) demandó varias horas. Cuidado, porque si vendemos una unidad ya leveleada, perderemos ese progreso.

Todo esto tiene un contrapunto beneficioso: como mientras mejor manejemos más puntos lograremos, casi sin darnos cuenta vamos a perfeccionarnos como pilotos. Hacer sectores rápidos, seguir trazados óptimos y conducir limpio va a ir llenando una barra como si se tratara de la experiencia en un RPG, liberando nuestra dopamina al ver que hay una progresión registrable que recompensa cada acción positiva.  

En lanzamiento, Forza Motorsport llega con más de 500 vehículos, representando casi un siglo de automovilismo; una quinta parte aparece por primera vez en la franquicia. Sigue consiguiendo algo que destacamos: casi siempre ofrece varios ejemplares importantes por cada época o categoría para recrear rivalidades históricas. Ya tiene una lista muy digna de autos de Fórmula 1, de GT, prototipos, y más. Hay algunas omisiones llamativas (no hay Indy ni NASCAR esta vez, entre otros ausentes notables), pero el garage seguirá creciendo y ya hay como para entretenerse durante años. Después de mucho tiempo de economía generosa, pareciera que Turn 10 escuchó a los usuarios más quejosos y ahora cuesta más ahorrar para las compras, incluso considerando el potenciador monetario del pack VIP. Elijan cuidadosamente cada inversión: sólo compren autos que necesiten o que adoren, o después habrá que venderlos para recuperar el derroche. Las mejoras, eso sí, no se pagan con dinero, sino con puntos específicos de cada coche que iremos acumulando al subir los ya mencionados niveles.

Creemos que lo mejor de Forza está en las clases A, S y R: es decir, más o menos en la mitad de tabla. En autos lentos, casi no hay sensación de riesgo; un Ford Focus –como el mío en la vida real- transmite seguridad, aplomo, y es muy fácil de llevar a su límite. Por otra parte, en los autos terriblemente rápidos, de las clases P y X, a veces no logra transmitir la velocidad como en juegos arcade o más viscerales. Por ejemplo: los F1 más modernos del juego (el McLaren MP4/4 de 1988 y la Ferrari 641 que Alain Prost sacó subcampeona en 1990) son los autos de mayor puntuación y todavía no me convencen del todo.

Hay un nuevo sistema de penalizaciones, a nuestro juicio bastante tolerante. Tuvimos que cometer errores grotescos o colisionar a propósito a nuestros contrincantes para que nos sumaran segundos de castigo.

También se revisó el sistema de límites de las pistas, implementado por primera vez en Forza 7, siempre en pos de incrementar la competitividad.

Ojo: si no queremos rigor, podemos hacer que el juego sea mega amigable, con ayudas y asistencias que pueden ir desde un control de tracción muy sutil (la opción “Sport”, que creemos que será muy popular) hasta autofrenado, aceleración automática y mucho más. En términos de accesibilidad, es una fiesta de opciones que le permitirán ser disfrutado por perfiles muy diversos.

Vuelve el rebobinado, pero nos llamó la atención: sigue aquel viejo efecto de sonido inspirado por el casi olvidado Quantum Break. A esta altura, ya vimos mejores implementaciones de esta mecánica (por ejemplo, en el reciente The Crew Motorfest), que permiten retroceder hasta donde queramos, y no de un tirón, como hace Forza.

Forza Motorsport incluye 20 trazados, de entre los cuales 5 jamás habían sido incluidos en la serie. Aunque esta cantidad está por debajo de la mayoría de los simuladores comparables, todos permiten seleccionar el momento del día y los efectos climáticos, y reaccionan a los cambios de temperatura. La atmósfera y el cielo ya no son enlatados, sino parcialmente procedurales: las nubes, la visibilidad, la adherencia y la acumulación de agua irán variando. El famoso aquaplaning implementado desde Forza 6 nos pareció menos exagerado.  


Ciertas texturas tienen, misteriosamente, menor detalle que en entregas previas, pero en general las pistas y sus entornos se ven mejor que nunca y el juego se siente vibrante, colorido, y vivo.  

Hay clásicos de siempre (Silverstone, Suzuka, Le Mans, Road America) y recién llegados interesantes (Hakone, Kyalami, Mid-Ohio o Grand Oak, este último un diseño original de Turn 10). El trazado largo de Nürburgring, el mítico Infierno Verde de más de 20 kilómetros, lamentablemente no llegó a estar listo para Octubre, pero será agregado en los meses próximos (suponemos que de manera gratuita), como parte de los planes de expansión a largo plazo.

Según Turn 10, dedicaron todo este tiempo principalmente a potenciar la simulación, con especial atención en los puntos de contacto entre nuestros neumáticos y las superficies. Aunque resulta inmediatamente familiar para quienes metimos 1500 horas en estos circuitos virtuales, es cierto que se siente una nueva sofisticación.

Dicho eso, y aunque su realismo se incrementó, como simulador de físicas y mecánicas Forza todavía califica algunos escalones por debajo de opciones hardcore como iRacing o los Assetto Corsa. En consolas, al menos hasta que llegue Assetto Corsa 2 y más allá del dignísimo Project Cars 3, sólo tiene un rival, que vive en el ecosistema de enfrente: el poderoso Gran Turismo 7 de Polyphony Digital, que también significó un renacimiento para su propia franquicia.

Se presta ahora mayor atención al desgaste de cubiertas (que pueden ser de varios compuestos distintos) y al consumo de combustible como factores que afectan al rendimiento y la conducción del coche, y esto obliga al jugador competitivo a planificar una estrategia de carrera adecuada, si es que se prefiere una configuración lo suficientemente realista. Las paradas en boxes fueron mejoradas, con más detalles y animaciones.

El motor físico y gráfico es una versión evolucionada del potente ForzaTech, desarrollado internamente por Turn 10. Si conocemos la franquicia, sabemos qué esperar: realismo accesible, un muy buen nivel de rendimiento, una iluminación avanzada (que ahora suma raytracing en las carreras y, discutiblemente, alcanza o supera los niveles casi fotorrealistas de Gran Turismo 7) y una solidez técnica que lidera la industria.

La mayoría de los autos están exquisitamente presentados, y más aún los que fueron diseñados más recientemente o son históricamente importantes. Se nota, hay que decirlo, que también hay algunos modelos importados desde generaciones pasadas.

El juego parece haber sido diseñado con la Serie X como plataforma principal. En ella, cuenta con tres modos de visualización: uno de máxima performance a 4K y 60 fps pero sin raytracing, otro con raytracing a resolución dinámica y 60 fps, y un tercero de priorización de la calidad de imagen a 4K, con raytracing, y limitado a 30 fps.  

En Serie S hay dos modos gráficos, ambos sin raytracing en pista: uno de rendimiento a resolución dinámica (entre 1080p y 1440p) y 60 fps, y otro de mayor calidad a 1440p y 30 fps. En PC, todo dependerá del equipo del usuario.

Aunque en mi humilde blanquita lo disfruté enormemente, y se ve hermoso, es tal vez el primer juego first party de Microsoft en el que se hace tan evidente la diferencia entre las dos consolas de Novena Generación. Será mejor esperar a comparaciones más puntillosas, pero admito que, dada la importancia que le doy a Forza, por primera vez en tres años me pregunté si no ha llegado el momento de upgradear desde la S a la X.

El apartado sonoro es brutal. Después de compararlo con otros simuladores de buen audio, como RaceRoom o Project Cars 2, creo que Forza Motorsport inaugura un nuevo nivel de realismo y claridad. La mezcla es tan limpia que, entre toda la ferocidad que se escucha dentro de una cabina de carreras, podemos identificar la fuente de cada sonido. Usando mis auriculares inalámbricos Xbox o con mis parlantes Edifier R1380DB de entrada de gama, el juego suena ronco, estridente, y genera la adrenalina que corresponde a estar domando un bólido de carreras. Turn 10 grabó sonidos renovados para el contacto de las cubiertas con la superficie, los cambios, los escapes, y la penetración del viento en el habitáculo cuando vamos a alta velocidad. Impresionante.

La música, sólo presente en los menúes, es minimalista pero bien reconocible y acompaña adecuadamente nuestra navegación por una interfaz limpia y ágil.

Los Forza siempre fueron los simuladores de carreras más cómodos de jugar con un mando, y esta no es la excepción. Incluso siendo poco menos permisivo que sus antepasados, Motorsport es muy reconfortante y genera una memoria muscular instantánea. Los controles son los de siempre, aunque valga mencionar que ahora el embrague es un poco más delicado y no podremos abusar tan impunemente del powershifting (es decir, meter cambios sin soltar el acelerador para ganar milésimas de segundo).  


Durante nuestros días con el juego, crasheó al dashboard unas tres veces, y vimos uno o dos errores en texturas o geometrías. Adelantamos que nuestro balance es extremadamente positivo y quedamos con ganas de mucho más al momento de cerrar esta review. Sin duda, será nuestro juego de autos de cabecera durante los próximos años.

En el store argentino de Xbox, antes de sumar impuestos, Forza Motorsport tiene un precio de $13.999 para su edición Standard (que también será incluida en Game Pass el 10 de Octubre); la edición Deluxe sube a $17.499 pero incluye el Pase de Autos, que agregará un coche nuevo por semana hasta llegar a 30. La edición tope de gama que recibimos por cortesía de Microsoft es la Premium, que cuesta $18.999 y a todo lo anterior suma un potenciador VIP para duplicar nuestros créditos y tres paquetes de autos bastante interesantes. Además, permite 5 días de acceso anticipado.

Para quienes subscriban a Game Pass pero quieran obtener ese contenido extra, tienen una opción de mejora llamada Premium Add-ons Bundle que cuesta $7.199. Si suponen que van a dedicar muchas horas al juego y tienen un billetín de más, es la inversión que les recomendamos.  

Forza Motorsport vuelve a pista, renovado, después de 6 largos años: sólido por donde se lo mire, es sin embargo sorprendentemente conservador, y ese tiempo de desarrollo inusualmente extenso parece haber sido invertido más en pulir la experiencia de usuario que en revolucionar audiovisualmente la franquicia. Sí, se ve fantástico; puede correr a 60 fps, llega a 4K, su HDR es precioso... pero en su corazón late aquel viejo Forza 3 que me enamoró tanto tiempo atrás. Personalmente, nos llevamos una pequeña decepción al ver que no se cumplieron las promesas de Turn 10 con respecto a reinventar su modelo de conducción para hacerlo incomparablemente más inmersivo. Ahora se puede ajustar el campo de visión, sí, pero la experiencia es muy similar a la que alcanzábamos en sus predecesores.

La modernización técnica de su motor permitirá ir actualizando su estructura con más contenido futuro. Tiene a sus espaldas el pedigrí impecable de su desarrolladora, que –repetimos, porque es algo muy poco común- jamás publicó un juego menos que excelente. Que su título menos valorado tenga un 79 de promedio en el compilador de puntajes de Metacritic, como el menospreciado Forza Motorsport 5, es una gran métrica, y este nuevo título lo supera ampliamente en todos los aspectos.

Forza Motorsport está diseñado deliberadamente para que elijamos, dominemos y aprendamos a querer a un puñado de autos, tal vez uno por cada gran categoría, en lugar de (como venía siendo en las entregas previas) andar juntando incontables figuritas para llenar un álbum de cientos de máquinas, muchas de las cuales tal vez no nos emocionen.

Enciende sus motores con menos circuitos que la competencia, pero con una selección amplia y relevante de autos y una diversidad de modos que claramente nos invitan a competir online con más ímpetu que antes. Es el primero de su serie en ser lanzado en un servicio de Game Pass ya maduro; veremos qué impacto logra gracias a eso.

Forza Motorsport hace honor a su nombre: se pone más deportivo y, sin dejar de respetar sus tradiciones, se refunda para estar al día con un mundo hiperconectado, donde los e-sports son mucho más masivos que cuando arrancó esta historia, allá por 2005. Con sus trucos de siempre más alguno nuevo, pero con una armadura más brillante, volvió el rey, y seguirá mandando hasta que en el futuro alguien proponga una revolución.

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Soy Ariel. Sin más que ofrecerles, me despido y les deseo una excelente semana.

  • Desarrollador: Turn 10 Studios
  • Publicado por: Xbox Game Studios
  • Fecha de lanzamiento: 5 de Octubre de 2023 (Edición Premium y Upgrade de Add-ons), 10 de Octubre (Ediciones Estándar y Deluxe, Game Pass)
  • Plataformas: Xbox Series S/X, PC (Windows/Steam), xCloud

 *Código de review proporcionado por Xbox*