ANÁLISIS: Under the Waves

Por Andres Belluzzi

La soledad tiene dos caras. La primera es la que entiende a la soledad como un aspecto negativo de la vida, a pensar que sentirse solo o incluso estarlo es algo que está mal, que hace mal y que tendríamos que evitar, el ser humano nació para vivir en sociedad y esta contraparte es, para los más extremistas, anti natural. La otra cara, la positiva, entiende a la soledad como una manera más de transitar la vida, una oportunidad indiscutible para trabajar la introspección, el desarrollo personal y potenciarse a partir de conocerse mejor a uno mismo. El extremo en este caso, puede ser el individualismo o egoísmo moral, en la que solo importa las personas solo se mueven bajo sus propios intereses sin tener en cuenta a quienes tiene al lado, sus sentimientos o experiencias.

Under The Waves es el viaje de Stan, nuestro protagonista, un viaje personal cargado de sentimientos encontrados. El título se toma muy enserio el ir transmitiéndonos todo lo que le sucede a Stan desde diferentes aristas. El trabajo y sus demandas, las corporaciones y su inagotable y terrible deshumanización, la contaminación del océano y la ecología, la culpa, la responsabilidad, la empatía, los desafíos, el amor y la soledad.

Personalmente me considero una persona muy sociable, siempre tuve cierta facilidad para entablar conversaciones incluso con gente que no conozco e incluso cuando era adolescente era el típico integrante del grupo más charlatán, cara rota y extrovertido. Y si bien tengo claro que muchas de esas características aún perduran y son parte de mi personalidad, en un momento de mi vida note que tanta necesidad de estar en grupo, acompañado e incluso en pareja, acarreaba algo. El miedo a estar solo. Lógicamente tardé en darme cuenta, hasta incluso lo negaba en cierta forma pero constantemente evitaba una relación estrecha con la soledad. Inventar planes, ir a visitar amigos o incluso a partir de las nuevas tecnologías, charlar con decenas de personas que no conocía solamente para ejercer una sociabilidad que oculte la sombra de la soledad.

Pero tarde o temprano, llega. O al menos en mi experiencia de vida y en mi opinión, al final… siempre estamos solos. Con esto no quiero decir que no haya lazos cercanos que nos den una mano en los momentos más difíciles, pero creo que en última instancia, ese paso final hacia alguna confrontación, aceptación, negación o decisión, depende solo de nosotros mismos. Y lógicamente, con esto, tampoco quiero decir que estar solo, sea necesariamente malo. Porque ahora, después de transitar y amigarme con la soledad, entiendo que tiene una virtud muy interesante para el crecimiento personal.

Entiendo que no es un tema fácil, porque cada cual tendrá su postura sobre lo importante que son los demás vínculos o lo importante que es uno como individuo, las relaciones, las dependencias, los egos, la autonomía, etc. Pero creo que lo difícil, y a la vez lo más recomendable de mi parte, es intentar encontrar un equilibrio. Estar solo puede ser muy bueno, o muy malo. Sentirse solo, que es distinto a estarlo, también. La línea entre la autonomía y el ego individualista extremo muchas veces se desdibuja. La soledad es completamente subjetiva. Podemos estar rodeado de gente y sentirnos solos o podemos estar solos y sentirnos plenos.

Si tenemos que ponernos a hablar del juego en sí. Encontramos un título muy interesante en varios factores, pero con un par de falencias notables.

 

Su narrativa es una de las patas fundamentales, la historia de Stan no nos es agenda y empatizar con él será bastante sencillo. A su vez, aparecerán otros personajes secundarios en menor medida, pero todos se relacionan por y para nuestro protagonista. De hecho, hasta la misma nave, Moon, toma un rol esencial en la narrativa y lógicamente en las mecánicas del juego, ya que será nuestra inseparable compañera.

Su lado artístico es posiblemente lo más destacable. Una ambientación que logra su objetivo: dejarnos solo en la inmensidad del océano y hacernos sentir en soledad. Una soledad que puede, como dijimos al principio del video, transformarse en incomodidad, presión o en tranquilidad e introspección. Todo dependerá de la experiencia propia.

Una banda sonora que acompaña en todo momento de una manera gratificante, sea en los momentos de tensión o cuando simplemente estemos navegando por el océano. De hecho, hasta el propio Stan se pondrá a cantar si queremos para demostrar la importancia de la música a la hora de afrontar la soledad. El punto más marcado posiblemente, sea cada vez que empecemos un día nuevo, con un rock al palo que no termina de gustarle a nuestro protagonista pero hace su aporte dentro del juego

Estos dos últimos ejemplos, dan cierto grado de naturalidad a la ambientación y experiencia del juego ya que se utiliza la banda sonora no solo para ambientación por fuera del juego, sino dentro de él. El juego, se esfuerza porque nos identifiquemos con el protagonista, no solo desde lo mecánico, las misiones por cumplir o los diálogos con otros personajes, sino con lo que pasa intrínsecamente con Stan.

En cuanto al resto de mecánicas en sí, el juego plantea un sistema de misiones en cada día que transcurra en la vida de Stan. Dichas misiones, no quitan que podamos ponernos a explorar libremente el océano, su gran fortaleza. Además aporta ciertos grados de supervivencia, al tener que estar atentos a nuestro oxígeno, el combustible de nuestra nave o incluso no chocar demasiado la misma para que no se rompa, aunque también se puede reparar.

En relación a eso, encontramos en Under The Waves una experiencia en su mayoría positiva, pero en los tramos finales, una misión en particular se vuelve considerablemente tediosa. El juego nos pide navegar durante un tiempo bastante largo por espacios muy estrechos, con muy poco margen de maniobra, con poca iluminación y por ende, es muy difícil de orientarse. De hecho, fue la única vez que hemos muerto en la aventura, y el único momento en que sentimos ganas de dejar de jugarlo.


En cuanto a un par de cuestiones remarcables negativas, en principio lo que más cuesta del juego es acostumbrarse a sus controles de navegación. No porque sean necesariamente difíciles, sino porque son distintos dependiendo si estamos en nuestra nave o si estamos buceando. Sumado a que muchas veces hay que entrar y salir de la nave bastante seguido, a veces puede ser confuso este sistema distinto. Claro que no es nada extremo, el juego no se puede considerar con un grado de dificultad desafiante, pero si uno de sus puntos más fuertes es, justamente, recorrer la inmensidad del océano, es un poco contraproducente.

En menor instancia nos hemos encontrado con algunas ballenas gigantes que… bueno, digamos estaban un poco tiesas.

Por último, en varias ocasiones, el juego nos ha llevado al inicio de la consola al estar en mitad de la misión, un par de crasheos (siempre antes o al inicio de una cinemática) que si bien no estropean la aventura porque tiene autoguardado y el progreso perdido es poco, hay que mencionarlos.

Sin embargo, el auto guardado es un arma de doble filo y termino bugeado el juego en su última misión. Tras un crasheo más como ya mencionamos, la misión del vídeo se reinició, pero las puertas y medios de acceso para realizarlas NO. Por lo cual, luego de 12 horas de juego, no pudimos saber cómo termina la aventura de Stan. Ojalá ustedes puedan tener la suerte de no sufrir esa problemática. De hecho, me entristece tener que admitir que este último problema me obligó a abandonar el juego y a bajar considerablemente mi recomendación hacia el juego (sin mencionar que tantos problemas también desmotivan a uno a hablar de temas más personales como el juego mismo se presta). Nos metimos en Reddit para corroborar y si… lastimosamente los crasheos son frecuentes en los jugadores, solo que en tramos diferentes y con consecuencias distintas también. A sí mismo, se asegura un parche a futuro que, entendemos, solucionará está cuestión pero no sabremos cuándo llegará y vuelve muy difícil la recomendación actual del título.

Es increíble como este tipo de problemas entorpecen toda una experiencia gratificante que veníamos teniendo hasta el momento, pero después de todo, siguen siendo videojuegos… y si no se pueden jugar…

Con esto no estoy diciendo que el juego sea malo, pero tiene problemas que, en principio, parecían inofensivos y que terminaron por romper la experiencia significativamente. Y si, justo en el final. Tal vez sea solo mala suerte.

Una última observación, que no es ni mala ni buena, sino simplemente de gustos. Es que el juego tiene voces en inglés con subtítulos en español. El trabajo de voces es excelente, pero en algunas ocasiones en que la acción sube, y algún que otro subtítulo (y por ende, historia) se nos puede pasar por alto.

Lo más gratificante de Under The Waves es la sensación de navegar el fondo del océano, con esa soledad constante pero a la vez gratificante. Su mundo submarino tiene una variedad un tanto limitada, aunque también es esperable en un lugar tan amplio. Los animales acuáticos son sin dudas quienes se encargan de darle dinamismo, interés y en algunos casos espectacularidad al escenario. El resto del escenario está cargado de gigantes de metal, rocas y plantas marinas, una combinación interesante que logra transmitir la sensación de estar recorriendo ese oscuro y misterioso mundo.

Estar en soledad puede ayudarnos a sanar muchas cosas o puede empeorar muchas otras. Todo depende de que tan preparados estemos para estar en soledad, para estar con nosotros mismos. 

  • Desarrollado por: Parallel Studio
  • Publicado por: Quantic Dream
  • Fecha de lanzamiento original: 29 de agosto
  • Disponible en: Xbox One, Xbox Series, PS4, PS5, PC


*Código de review proporcionado por Quantic Dream*