ANÁLISIS: The Crew Motorfest

Por Ariel Fuentes

Juegos de carrera de mundo abierto: un sub-género que en la última década avanzó mucho gracias a la reinvención traída por los respetadísimos Forza Horizon. ¿Qué lugar hay para las innovaciones, después de tanta evolución? Ubisoft vuelve a intentarlo con la tercera entrega de una franquicia que, creemos, tiene muchísimo potencial.

Bienvenidos a nuestro análisis de The Crew: Motorfest.

En 2014, Ubisoft publicó un juego de carreras bastante ambicioso y original: The Crew, cuya característica más destacada era el impresionante mapa a escala de Estados Unidos que utilizaba como escenario. Aunque vendió varios millones de copias, la crítica y el público general lo recibieron tibiamente: no fuimos muchos los que sentimos que nacía una franquicia con mucho para dar. Sus componentes RPG, las increíbles posibilidades de optimización y el hermoso y detallado mundo compartido que ofrecía quedaron en mi memoria a pesar de las muchas debilidades que plagaban al juego y que le impidieron transformarse en un clásico reconocido. Es, sin embargo, una joya menospreciada que siempre recomiendo.

En 2017 llegó su secuela y, con ella, cierta simplificación: The Crew 2 se ve muy bien pero abandona la historia relativamente seria del original para adoptar un enfoque “de festival”, como los Forza Horizon, que ya por entonces reinaban supremos. The Crew 2 tampoco fue muy bien recibido exceptuando a un núcleo de fanáticos que supieron apreciarlo, y para colmo sus ventas fueron algo decepcionantes. A pesar de eso, recibió un impresionante soporte post-lanzamiento, con muchos vehículos y modos nuevos que constantemente intentaron hacerlo progresar.

Ubisoft asegura que más de 30 millones de personas probaron esta serie, pero aún así es curiosa su insistencia, porque estos ambiciosos juegos son complejos y caros de producir: este 14 de Septiembre de 2023 lanzó The Crew Motorfest, el tercero de la serie.

Primer elemento a destacar: diferenciándose de sus hermanos mayores, Motorfest abandonó el As de Espadas que aquellos tenían en la manga: adiós a aquellas majestuosas representaciones a escala de Estados Unidos, que podíamos recorrer durante horas como si estuviéramos en una película rutera, con misiones variadísimas basadas en la rica historia y cultura del gigante norteamericano. Tengo 41 años, corrí decenas de miles de carreras virtuales, y aquellos dos mapas están sin dudas entre mis favoritos no sólo considerando juegos de autos, sino todo el gaming en general.

¿Qué nos propone esta vez Ivory Tower, la división de Ubisoft basada en Lyon que es la responsable de los The Crew? Ir a O´ahu, la isla más poblada del famoso archipiélago de Hawai.

El Hawai de The Crew Motorfest es uno de los aspectos más destacados del juego. Es significativamente más pequeño que los mapas de Estados Unidos de The Crew 1 y 2, pero más grande que el mapa de México de Forza Horizon 5, por poner algunas referencias. Se divide en cinco regiones diversas, con playas, volcanes, selvas, zonas urbanas y campos, y hay además un ciclo de día y noche y un clima dinámico que afecta a la conducción y al paisaje.

Este Hawai virtual está lleno de actividades y desafíos para los jugadores, que pueden explorarlo a bordo de más de 500 vehículos diferentes, por tierra, mar y aire. El juego ofrece múltiples instancias para sumergirse en la cultura y la naturaleza de la isla; el aire festivo nunca desaparece, pero es menos “payaso” que los últimos Forza Horizon. Pequeña crítica para las limitadas posibilidades del creador de avatares: no todos somos ni queremos ser hipsters delgados y veinteañeros. Ubisoft, dale, que en otros juegos has ofrecido mucha más diversidad etaria y detalle: no repliques hasta los errores de los Forza Horizon.

No es la primera vez que un juego de carreras de mundo abierto toma a Hawai como escenario; Test Drive Unlimited, de 2006, y Test Drive Unlimited 2, de 2011, ya lo habían intentado, con éxito moderado: algunos de sus creadores son ahora empleados de Ivory Tower, y el legado es evidente. Pero aunque aquellos estaban prácticamente a escala real, el de Motorfest tiene un nivel de detalle mucho mayor. Incluso al poder usar aviones y vehículos marítimos, tardaremos unos cuantos minutos en atravesarlo de punta a punta. Es un escenario bello, dinámico, variado y muy divertido de recorrer. Durante ciertos eventos, como por ejemplo aquí celebrando el advenimiento de la propulsión eléctrica, las islas se llenan de colores y alusiones temáticas impresionantes.

Dicho eso, nos planteamos una gran pregunta: ¿por qué no usaron al siempre popular Japón como escenario? Hawai es hermoso, variado, y más que suficiente como contexto para un juego de este estilo. Sin embargo, creemos que esta fue una oportunidad perdida para basarse en el legendario país de Oriente, que por alguna razón tampoco fue elegido aún por los mismísimos Forza Horizon. De hecho, una serie de misiones de Motorfest está explícitamente dedicada a Japón, con decoración y autos nipones. Repetimos: aunque este Hawai es una delicia, nos causa curiosidad por qué Ivory Tower dejó pasar la chance de situarse en la Tierra del Sol Naciente. Playground, tu turno.

Los gráficos de The Crew Motorfest son muy buenos, tal vez al nivel de lo mejor de la industria, con un HDR que –tras dedicarle un momento para hacer ajustes- logra contrastes y efectos sobresalientes. El mapa tiene un tamaño más que suficiente para entretenernos durante decenas de horas y exhibe una densidad de elementos muy satisfactoria. Se agradecen detalles como la destructibilidad de algunos árboles, evitando quedar atascados cada vez que salimos del pavimento y buscamos atajos a través de alguna selva.

En Serie X, tiene un modo que prioriza la calidad de imagen (y que trata de mantenerse en los 4K, a 30 cuadros por segundo) y otro que apunta a la performance, duplicando los frames hasta 60 pero bajando la resolución a 1440p). La Series S hace un doble sacrificio: 1440p a 30 frames, sin poder elegir otra configuración. Buenas noticias para quienes todavía se aferran a sus Xbox One: Motorfest también funciona en las máquinas de Octava Generación, aunque a una resolución sensiblemente inferior (alrededor de 700p) y con tiempos de carga dramáticamente más lentos.

Las físicas de manejo son gratificantes, especialmente al usar autos rápidos. Previsiblemente, tienden más a un estilo arcade, pero muestran una evolución clara con respecto a sus predecesores. Motorfest no pretende ser un juego súper preciso ni transformarse en una plataforma competitiva, pero su conducción es bastante adictiva: es fácil llevar la velocidad al límite, en parte gracias al fantasioso sistema de nitro y a un agarre algo optimista. Sin embargo, en comparación a The Crew 2, ahora todo es un poquito más creíble: por ejemplo, no podremos usar cualquier vehículo en cualquier terreno, como estos deportivos en la arena. 


Las motos, los aviones y las botes, aunque menos importantes que los coches, están bien implementados y también son muy divertidos de usar. Cambiar de vehículos casi instantáneamente es una mecánica espectacular que nos otorga mucha libertad; a veces esto sucederá automáticamente durante un evento, otorgando dinámica. Cada tanto cometeremos errores, porque el comando para cambiar entre aviones, botes y coches no es terriblemente intuitivo, y quedaremos en ridículo.

Como dijimos, el juego tiene un estilo desenfadado, más bien arcade. En las carreras contra la inteligencia artificial, cuya dificultad podemos graduar a gusto, hay una cantidad importante de “rubberbanding”: es decir, nuestros rivales nos alcanzarán casi sin importar cuánta ventaja mecánica les llevemos. En dificultades bajas, casi siempre nos dejarán ganar faltando poco para llegar a la meta.

El juego puede completarse sin pensar demasiado. Se disfruta superficialmente, sin tener que imaginar estrategias o prestar atención a los detalles. Para colmo, incorpora Tambien un modo de rebobinado, que permite volver el tiempo atrás hasta 15 segundos para subsanar errores.

La economía de Motorfest es relativamente complicada; es bastante difícil juntar créditos, y generalmente los vehículos son caros. Por suerte, nos permite heredar el garage que teníamos en The Crew 2, generando una sensación de continuidad que destacamos.

Aunque podemos coleccionar, customizar y mejorar nuestras máquinas, sólo vamos a usarlos para desplazarnos por el mapa o para las partidas multijugador. Yo usé mi Porsche 917, mi Kawasaki H2 y un Spitfire para andar por Hawai, aunque para competir no tuve demasiada libertad, porque la estructura de carreras single player se organiza en “playlists”, series de eventos temáticos que nos obligarán a usar un vehículo determinado. Está la que ya mencionamos en homenaje a Japón, una de vehículos vintage, otra de vehículos eléctricos, una referida a la cultura popular, otra de turismo, y más. No teman: todo está muy bien organizado.

Más allá del nivel gráfico del juego, nos encantó su estilo artístico: los autos, en particular, están muy bien presentados, con detalles estéticos que los hacen ver extremadamente deportivos. A nivel visual, probablemente sean los coches más atractivos que hayamos visto jamás en un videojuego: a The Crew Motorfest le sobra buen gusto al mostrarnos nuestro próximo bólido.


El sonido nos gustó mucho, pareciéndonos algo más visceral que el de las entregas previas. Hay varias estaciones de radio dedicadas a estilos diversos, como en... sí, los Forza Horizon. Atención latinos: no hay doblaje al Español. Sólo subtítulos.

La interfaz del juego nos pareció un poco confusa, y después de casi 30 horas seguía sin resultarnos natural. Teníamos que pensar todo el tiempo cómo abrir el mapa, cómo usar el viaje rápido, cómo elegir eventos, etcétera. Un pequeño retroceso en comparación a los juegos anteriores, que eran más claros en ese sentido.

Con respecto al control: sólo pudimos probarlo con nuestro mando estándar de Xbox, y fue más que correcto. Escuchamos buenas referencias sobre usuarios de volantes. Hay asistencias variadas como para ir calibrando: control de tracción, ayuda para hacer drift, línea de trazado óptimo, autofrenado, ABS y otras. Puede ser muy accesible si así se lo exigimos.

El multijugador es sencillo y casual, con un modo cooperativo de hasta 4 jugadores y un competitivo para hasta 32 humanos, según el modo: podemos personalizar nuestras sesiones, pero entre las opciones predeterminadas contamos con encuentros brutales de demolición y “Grandes Carreras” de hasta 28 participantes. Las sesiones a las que pudimos ingresar fueron bastante caóticas y no tenemos muchas ganas de volver: si quieren juego limpio y competitividad, no busquen por acá, porque van a encontrar bastante agresividad y un “vale todo” constante. Hay juego cruzado entre plataformas y nuestra conexión fue muy estable. Hablando de eso: para los que sigan preocupados por el tema, tengan en cuenta que Motorfest requiere una conexión permanente a Internet.

En el store argentino de Xbox y antes de considerar impuestos, The Crew Motorfest se ofrece en lanzamiento por un precio de $10.999. La edición Deluxe suma el primer pase anual, con 3 coches extras, e irá agregando dos más por mes, y cuesta $16999. La versión Ultimate que reseñamos por cortesía de Ubisoft suma otros dos packs, con algunos autos y elementos estéticos, y cuesta $20999.

¿Podemos recomendarlo? 


Los The Crew siempre trajeron algo interesante pero jamás alcanzaron niveles trascendentes de reconocimiento o de crítica. En particular, amé el primer juego por la inédita libertad que ofrecía al recorrer una versión a escala de Estados Unidos, con amplias posibilidades de customización para sus vehículos y una historia más que decente. El segundo título mejoraba los gráficos pero lamentablemente se zambullía demasiado, seguramente por influencia de los Forza Horizon, en un ambiente más superficial y festivo.

The Crew Motorfest es un juego estéticamente bello, con algunos de los vehículos más atractivos que se hayan creado virtualmente. Es verdad que sigue descaradamente la estela trazada por Forza Horizon... pero, en el camino, se convierte en algo más que una imitación y propone algunas innovaciones interesantes. Es un homenaje a la historia automotriz de los últimos 70 años, exagerando lo justo y necesario para dejarnos usar a Hawai como una tierra prometida de las carreras. Además, y esto es crucial, resulta tremendamente divertido de jugar.

Los Forza Horizon siguen reinando, indiscutidos, cada vez más repletos de contenido y con su contundente motor gráfico y físico Forza Tech –que, seguramente, evolucionará tras la inminente llegada del nuevo Motorsport-. En 2024 llegará otro contendiente: Test Drive Solar Crown, situado en Hong Kong. Pero esa es otra historia.

Por ahora, Motorfest cumple sus misiones y mete presión a sus competidores para seguir elevando la vara de los juegos de su estilo. A nivel tecnológico y de contenido ofrece una estructura muy interesante; queremos ver cómo evoluciona con los DLCs que recibirá a futuro y, eventualmente, conocer hacia dónde va esta peculiar saga de los franceses de Ubisoft Ivory Tower.

  • Desarrollador: Ubisoft Ivory Tower
  • Publicado por: Ubisoft
  • Fecha de lanzamiento: 11 de Septiembre de 2023
  • Plataformas: Xbox One, Xbox Series, PlayStation 4, Playstation 5, PC

*Código proporcionado por Ubisoft*