ANÁLISIS: STREET FIGHTER 6

Por Ariel “Kaji” Fuentes

Comienzos de 1991. Yo tenía 8 años y ya me interesaban los videojuegos. Pero una tarde vi a dos karatekas intercambiando golpes en un puerto en un torbellino audiovisual inolvidable. Estaba presenciando el nacimiento de un fenómeno que trascendería a los salones de arcade para impactar con fuerza en la cultura popular.

Nunca me hubiera imaginado que, a los 40, iba a estar otra vez perfeccionando mi Hadouken. Bienvenidos a nuestro análisis de Street Fighter 6.

Street Fighter 2 fue uno de los juegos de lucha más exitosos e influyentes de la historia, y creó un fenómeno social que perdura hasta hoy. Su jugabilidad innovadora y adictiva, su variado y carismático plantel de personajes, sus gráficos coloridos y atrapantes, su música tarareable hasta el fin de los tiempos y su sonido inspiradísimo le terminaron dando una repercusión cultural sin igual. Memes, películas, cómics, juguetes, cosplays... Street Fighter penetró en el imaginario colectivo de la humanidad hasta el punto en que nuestros padres sabían de qué se trataba. Bueno, no todos: una vez mi vieja me regaló Street Fighter 2 Championship Edition aunque yo le había pedido Mortal Kombat 2.

En fin: todos sabemos que su legado sigue vivo en la actualidad, y tuvo muchísimas secuelas, imitaciones y spin-offs. Como es de esperar en una saga tan longeva (en 2018 festejaron su 30 Aniversario con una colección muy interesante), el recorrido tuvo altibajos. Después de una esperada resurrección con el apreciado Street Fighter IV -de 2008-, la experimentada Capcom tuvo un tropiezo importante con el polémico Street Fighter V -de 2016-. No ahondaremos en detalles, pero basta con recordar que en aquella ocasión los jugadores de Xbox quedamos afuera por algún tipo de exclusividad negociada entre Sony y la empresa del legendario logo azul y amarillo.

Capcom está viviendo una nueva época dorada en los últimos años, debido a varios factores: tras una etapa de crisis y malas decisiones que afectaron a sus ventas y a su imagen, recuperó sus finanzas y su prestigio. La compañía ha sabido reinventarse y adaptarse a los nuevos tiempos, apostando por la calidad y la innovación en sus juegos, y recuperando el favor del público y de la crítica. Viene de una racha de éxitos comerciales y críticos, con juegos como las remakes de los primeros Resident Evil,

Resident Evil Village, Monster Hunter World, Monster Hunter Rise, y Devil May Cry 5, que han cosechado excelentes resultados tanto en ventas como en valoraciones. La empresa renovó sus franquicias más emblemáticas y ofrece experiencias variadas y satisfactorias para todo tipo de jugadores: pertenece a una verdadera elite de la industria.

Street Fighter 6 viene a sumarse a esta brillante etapa de los de Osaka, con un lanzamiento en Xbox Series X|S, PlayStation 4, PlayStation 5 y PC fechado para el 2 de junio de 2023. Sí, escucharon bien: nuestras viejas Xbox One quedaron afuera.  


Tras el irregular debut de Street Fighter V en 2016, que llegó con un contenido muy escaso y una jugabilidad que tardó en calar en el público, la compañía japonesa ha querido redimirse con una secuela que intenta mejorar en todos los aspectos a su predecesor y que ofrece una experiencia más completa, más variada y satisfactoria para todo tipo de jugadores, desde los más casuales hasta los más competitivos. La crítica en general está amando al juego; ¿y nosotros? La historia no es tan simple.

La jugabilidad de Street Fighter 6 es una evolución natural de la de Street Fighter V, pero con algunos cambios significativos que le dan un aire fresco: hay novedades que cambian bastante la forma de afrontar los combates.

La primera y tal vez más importante para los recién llegados es la posibilidad de optar por un esquema de control moderno, que simplifica los comandos para ejecutar los ataques especiales y los combos, y está pensado para quienes quieran disfrutar del juego sin tener que memorizar complejas combinaciones. Se basa en cuatro botones principales: uno para los ataques ligeros, otro para los ataques medios, otro para los ataques fuertes y otro para los ataques especiales. Al presionar el botón de ataque especial junto con una dirección, se realiza una técnica especial diferente según el personaje que se esté usando. Para hacer un súper ataque, basta con presionar el botón de ataque fuerte y el de ataque especial a la vez; también resulta muy fácil realizar simples combos automáticos.

El sistema de control moderno es opcional y se puede cambiar al sistema clásico en cualquier momento desde el menú de opciones. El sistema clásico mantiene los seis botones tradicionales de Street Fighter (tres para puñetazos y tres para patadas) y requiere hacer movimientos específicos; ofrece más precisión y variedad en los ataques, pero también exige más habilidad y práctica.

La segunda gran novedad es el sistema Drive, que consta de habilidades ofensivas y defensivas con diferentes efectos, como potenciar técnicas, romper la defensa del rival, hacer parry o contraatacar. Estas habilidades y sus combinaciones añaden una capa extra de profundidad y estrategia al juego, pero su uso no es gratuito, ya que consumen nuestra barra de energía, que se va llenando a medida que damos o recibimos golpes. Si gastamos toda la barra, entramos en un estado de debilidad, en el que somos más vulnerables a los ataques del rival, no podemos usar ninguna habilidad especial y recibimos daño por cada golpe que bloqueamos. Tenemos que administrar con cuidado nuestra energía y tomar decisiones rápidas sobre cuándo y cómo usar nuestras habilidades especiales.

La tercera gran novedad de Street Fighter 6, ya fuera del combate en sí, es el World Tour. Se trata de una especie de “modo historia” individual donde creamos a un personaje a nuestro antojo (con enormes posibilidades de customización estética y mecánica) y lo hacemos cumplir misiones para mejorar sus habilidades. Para entender qué es el World Tour, piensen en la saga Yakuza de Sega: un mundo abierto relativamente estático donde recorremos las calles en tercera persona mientras cumplimos encargos y nos damos palizas con el resto de los habitantes de ese entorno virtual.


Aunque nos dio algunas sonrisas y explora al universo de Street Fighter desde una perspectiva inédita, no nos terminó de convencer. Estuvo bueno invertir unas 15 horas en esta especie de RPG liviano aprendiendo técnicas de diversos maestros (los luchadores principales del roster de Street Fighter 6, cuyas técnicas podemos heredar y mezclar para crear al guerrero definitivo), pero tanto las rudimentarias y repetitivas misiones como el bizarro tono de humor que atraviesa la historia nos dejaron algo descolocados.  

Mientras farmeábamos experiencia en World Tour, sabíamos que queríamos estar en otro lado: tal vez en el Battle Hub o modo online, midiendo nuestra habilidad con jugadores del resto de la Tierra. Aquí Street Fighter 6 se pone serio, porque quiere ser un peso pesado en el ambiente competitivo, y nos deja ver si nuestros rivales están conectados por Wi-Fi o por cable, por ejemplo.

Por último, tenemos el área más conservadora del juego: el Fighting Ground, donde podemos ir contra la CPU (cuya dificultad es graduable) o contra otros humanos en cooperativo local. Podemos personalizar las condiciones de los enfrentamientos y es donde tendremos la experiencia más parecida a los antiguos juegos de la serie.  

Como condimentos tenemos el modo Arcade, que nos ofrece una recreación de los Street Fighter clásicos con sus respectivos personajes y escenarios, y el esperable modo Entrenamiento, que nos permite practicar nuestros movimientos.


Punto fundamental de todo juego de pelea: ¿qué repertorio de personajes tenemos a nuestra disposición? En lanzamiento llegan 18, de entre los cuales 6 son totalmente nuevos (en orden alfabético: Jamie, JP, Kimberly, Lily, Manon y Marisa, casi ninguno de los cuales se siente como un clon de opciones ya existentes).

Aunque –como en muchas obras de ficción- el tiempo parece transcurrir más lento en el universo de Street Fighter, nos encantó reencontrarnos con nuestro antiguo favorito Ryu convertido completamente en un maestro absoluto de su disciplina, barbudo, cuarentón y más malhumorado que nunca. También vimos a una Chun-Li ya madura y señorial y a un Ken más oscuro y misterioso. Lamentablemente, para algunos otros personajes casi no hubo evolución: Guile, Honda o Zangief, por ejemplo, son tan simples y unidimensionales como cuando los conocimos, hace más de treinta años. Algunos como Blanka incluso parecen haber perdido filo y sufrido alguna regresión.

La formación original que todos conocemos se componía de caricaturas del mundo inmediatamente posterior al fin de la Guerra Fría. La mayoría de los personajes nuevos, y el actual protagonista Luke, son un intento de atrapar a las generaciones más jóvenes: tienen una estética y una personalidad más cercana a la de un YouTuber que a la de un luchador brutal que recorre el planeta buscando desafíos cada vez mayores. La portada misma del juego es curiosa, y ha sido ridiculizada desde el momento en que se develó.

Tras haberlo jugado en Xbox Series S creemos que Street Fighter 6 es ambivalente a nivel visual. Usa el magnífico y versátil RE Engine de la casa japonesa, y respeta la tradición estética que la franquicia viene eligiendo desde Street Fighter IV, con gráficos coloridos que parecen acuarelas y le dan mucha personalidad y carisma. Los personajes están bien modelados y animados, con expresiones faciales y corporales llamativas y vistosas, y daños de batalla claramente visibles. Los escenarios son variados y, como el resto de los aspectos no-competitivos del juego, no se toman a sí mismos en serio, pero son dinámicos y siempre está ocurriendo algo divertido en ellos.  

Dicho esto, el título nos pareció algo lavado incluso al correr a 1080p, con texturas inesperadamente simples y que, en situaciones excepcionales, tuvieron problemas en cargar correctamente. Los efectos de luz, sombras y partículas no nos impresionaron; creemos firmemente que los dos últimos Mortal Kombat o incluso el excelente Killer Instinct de 2013 (que ya tiene una década) son visualmente superiores.


Eso sí: los tiempos de carga y la tasa de cuadros por segundo son muy buenos. No hay que esperar mucho para entrar en acción y, en plena pelea, no hay cortes perceptibles.

De la música no podemos opinar demasiado. Acompañó de manera correcta las 25 horas que pasamos probando el juego, pero no hubo ni una canción que nos dejara silbando, como aquellos cantos de sirena del monstruoso soundtrack de Street Fighter 2. El sonido es contundente y sonó espectacular en nuestros Edifier R1380DB. Acá el juego aprovecha su mítica herencia, trayendo catarsis con esos gritos de batalla que imitamos desde la escuela primaria. Cada vez que nuestro Ryu conectaba un Shin Shoryuken, rugíamos junto a él. Háganse un favor y pongan las voces en Japonés, bien desaforadas y dramáticas.

Hay, por último, la opción de sumar a un “comentarista” que va narrando lo que sucede en cada pelea. Aunque está disponible sólo en Inglés y Japonés, la precisión de lo que el transmisor iba diciendo nos sorprendió, describiendo fidedignamente cada estrategia y técnica para que un eventual público entienda el flujo del combate.

En lanzamiento, la versión base de Street Fighter 6 cuesta $9.373 en el store argentino de Xbox, sin contar impuestos. La edición intermedia o Deluxe añade el primer Pase de Personajes (que sumará otros 4 luchadores ya confirmados: A.K.I., Akuma, Ed y Rashid) y cuesta $13.280. La versión más completa es la Ultimate, que a todo esto agrega más trajes, colores y monedas virtuales, pero se dispara a $16.405.

Vamos a intentar un humilde balance. Street Fighter 6 tiene mucha presión: por un lado, tiene que estirar la increíble racha positiva de Capcom, que viene de éxito en éxito desde hace ya bastante tiempo, y recuperó ese halo de leyenda que supo tener hasta comienzos de los 2000. Por otro, es el sucesor del problemático Street Fighter V, claro tropezón en una franquicia repleta de gemas inoxidables.


¿Cumple con sus cometidos? Sí. Pero vamos por partes, porque la conclusión no es evidente.

Por un lado, se llena de contenido novedoso pero, a largo plazo, discutiblemente superfluo. El World Tour parece bastante ambicioso pero termina siendo superficial y poco relevante, más allá de dejarnos crear un personaje propio, elegir sus técnicas, y hacerlo pelear por las calles del mundo persiguiendo objetivos delirantes. Street Fighter 6 se siente como un homenaje de Capcom a sí misma, llena de referencias a su gran pasado, con coleccionables que nos recuerdan todo el tiempo que alguna vez un Street Fighter fue sin dudas el juego más importante del mundo.

Además, se esfuerza por complacer a novatos, con personajes algo forzados para simular las costumbres de las generaciones actuales y sistemas de botones simplificados para el que quiera pasarla bien sin esfuerzo.

Por otro lado, cuando es el momento de las piñas, es extraordinario. El sistema de combate es uno de los mejores del mercado: justo, técnico, accesible pero demandante. Los golpes se sienten potentes, los cuerpos tienen peso, y las técnicas están extremadamente bien balanceadas.

En Septiembre llega la nueva edición de su rival ancestral: Mortal Kombat 1, que presumimos que será visualmente bestial y que logró encauzar hábilmente su compleja historia para justificar un reboot. Por ahora, Capcom se calza los guantes y tiene varios argumentos para reclamar la corona que supo conseguir tantas veces. Cambia lo superficial, cambia lo profundo, pero como decía Ryu al salir campeón e irse a vagabundear: la pelea lo es todo.

  • Desarrollado por: Capcom
  • Publicado por: Capcom
  • Fecha de lanzamiento:  2 de Junio de 2023
  • Plataformas: Xbox Series, Microsoft Windows, PlayStation 4, PlayStation 5