ANÁLISIS: RiMS Racing

Por Ariel “Kaji” Fuentes

A diferencia de los juegos de carreras de autos, que han tenido un par de años muy cargados, no puede decirse lo mismo de los simuladores de motos. Además de la saga Moto GP, dedicada a la categoría máxima, hay una única franquicia enfocándose con realismo en el mundo de las dos ruedas: Ride, que llegó a la excelencia con su cuarta entrega de 2020.

No vamos a repasar la historia de los juegos dedicados a las motocicletas, que es muy amplia y variada. Lo que sí les queremos proponer a los interesados en la posibilidad de pilotar motos virtuales es una comparación constante entre el mencionado Ride 4 y el juego que analizamos en esta ocasión, dado que son competidores directos pero hay grandes contrapuntos entre ellos.

Los milaneses de Raceward Studio, creadores de RIMS Racing, saben que tienen menos desarrollo técnico y menos contenido que las últimas entregas de la saga Ride, y por lo tanto se han enfocado en un aspecto en particular: simular muy bien apenas un puñado de motos muy potentes, y permitir al usuario experimentar con sus configuraciones mecánicas.

Podemos elegir entre una variedad de cascos e indumentaria para nuestro piloto, pero la verdadera protagonista será nuestra moto. A diferencia de las más de doscientas motos contenidas en el ambicioso Ride 4, RIMS Racing nos ofrece sólo 8. Este contraste es muy importante si vamos a elegir entre un juego u otro; mientras que Ride 4 permite recorrer en detalle las últimas décadas de la historia de estos vehículos y repasa múltiples categorías y estilos, RIMS Racing se concentra meramente en los modelos insignia de 8 grandes marcas europeas y japonesas. En todos los casos, se trata de máquinas muy modernas, de alrededor de 1000cm3 de cilindrada, unos 200 caballos de fuerza y 300 km/h de velocidad máxima. Son relativamente parejas entre sí, más allá de algunas diferencias en su carácter y su estética: por ejemplo, a mí me costó varios minutos decidir si iba a manejar una Kawasaki Ninja indomable y desbocada –como soñé desde niño- o si por el contrario iba a obedecer a mi cerebro para elegir a una Suzuki de la familia GSX-R, mucho más balanceada.


En lanzamiento, RIMS Racing incluye 10 pistas oficiales y 5 trazados ruteros, y se prometen más para el futuro. Aunque la mayoría están correctamente diseñados, a esta altura de nuestras vidas ya hemos visto versiones mucho mejores de Laguna Seca y de Suzuka.

Los gráficos de RIMS Racing fueron comparativamente decepcionantes, incluso en la versión de nueva generación que reseñamos. En nuestra Serie S, los cuadros por segundo y el nivel de detalle nunca fueron del todo satisfactorios y estuvieron objetivamente por debajo de Ride 4, que avanzó mucho en ese sentido con respecto a sus antecesores. Las motos en sí están modeladas de manera convincente; podemos desmontar muchas de sus partes como hacíamos en los antiguos Street Rod, y se ven preciosas si usamos algunas de sus skins. Como dijimos, las pistas y escenarios en general dejan algo que desear. En sus peores momentos, RIMS Racing podría pasar por un juego del final de la generación de la Xbox 360.

Hay también una serie de efectos climáticos, pero cuanto menos a nivel visual son menos espectaculares que en otros simuladores contemporáneos. La lluvia nos va a complicar mucho: alguna vez fui el más rápido del Oeste, pero en las pistas mojadas de RIMS Racing no pude dejar de hacer el ridículo cada 5 segundos.


Las cámaras son las habituales: dos externas, a diferentes distancias, y varias en primera persona más viscerales y demandantes. Elegimos las primeras, por practicidad.

El sonido de los motores es relativamente creíble, aunque por momentos suena algo latoso. Algunas de las motos, como la Kawasaki, suenan notoriamente roncas y feroces. Del resto de los efectos no hay mucho por decir.

A la música preferimos desactivarla completamente, primero por su inadecuado volumen (que nos pareció demasiado elevado durante las carreras). Y, además, por ser de un estilo electrónico que por lo menos a nosotros, viejos amantes de los riffs, nos resultó chocante.

Sobre los modos de juego disponibles, lo de siempre: un modo Campaña con numerosos eventos para ir ahorrando dinero y progresando, carreras simples, una academia y un tutorial básico para aprender lo mínimo indispensable. El modo Campaña es evidentemente el núcleo de RIMS Racing, y no está mal planteado, pero se encuentra por debajo de alternativas comparables, como el MyTeam de los últimos dos F1.

También hay un modo multijugador, con desafíos semanales y la posibilidad de competir sincrónica o asincrónicamente contra otros humanos, como asimismo una opción de pantalla dividida.

La interfaz no siempre es eficiente para permitirnos navegar por los menúes. Los controles son similares a los de cualquier otro juego de carreras. La novedad estriba en que, al presionar el botón Vista de nuestro mando, activaremos una de las cartas fuertes del juego: el modo CEM (o “Comprobación del Estado de la Moto”), que nos permitirá evaluar el estado de sus principales componentes en plena carrera. Esto puede servir como mera curiosidad o bien para optimizar tanto nuestro rendimiento como la configuración mecánica de nuestro bólido. Es en estos momentos cuando RIMS Racing brilla, deteniendo el tiempo para que nosotros podamos medir la temperatura de los frenos, la presión de los neumáticos, y muchas más variables decisivas en el comportamiento de una moto de carreras. Aunque no le encontramos una utilidad fundamental, sí nos pareció una innovación interesante y recurrimos a ella cada algunos minutos para por lo menos apreciar estéticamente a nuestras hermosas Ninja y GSX-R.

Después de cada carrera, volveremos a nuestra base y podremos revisar el estado de cada pieza para reemplazarla si hiciera falta. El juego presta atención al mantenimiento y gestión de los vehículos, incluyendo una serie de muy sencillos comandos para desmantelar los elementos de nuestra moto. Aunque al principio es interesante, creemos que a largo plazo podría llegar a tornarse algo tedioso.

La inteligencia artificial contra la que competiremos parece ir sobre rieles, rara vez alterando su trayectoria para esquivarnos. Esto dará lugar a frecuentes colisiones que nos harán perder valiosos segundos y, dependiendo de la dificultad en la que juguemos, tal vez arruinar nuestro objetivo de ganar o llegar al podio. Sobre el final de nuestra review, optamos por bajar el desafío al mínimo para no frustrarnos: aún así, algunos de los eventos resultaban complicados de ganar. No hay posibilidad de rebobinar.

En las 10 horas que le dedicamos, RIMS Racing apagó nuestra consola un par de veces, pero no tuvimos muchos más problemas técnicos o bugs. Sí vimos algunas poses extrañas de nuestros pilotos al tener accidentes, pero nada como para preocuparse. Como dijimos, es un juego que no parece llevar al límite a nuestras consolas actuales, y probablemente le falta optimización.


En el store argentino de Xbox, la edición estándar de RIMS Racing se ofrece en lanzamiento por un precio de $2799. También hay dos ediciones Deluxe: una que suma repuestos para motos japonesas y otra para motos europeas, a $3849 cada una. La edición Ultimate se ofrece con un descuento del 10%, quedando en $4094 antes de considerar impuestos. Suma todo lo que traen ambas versiones Deluxe (potenciadores monetarios, un circuito extra (Bahrein) y algunos ítems estéticos, como cascos).

¿Podemos recomendarlo? Si no tuviera competidores, RIMS Racing sería un enfoque original sobre los modernos caballos de metal. Que permita configurar la mecánica de sus 8 motos e intercambiar sus piezas desgastadas es algo que no se ve en muchos juegos de carreras actuales. Dicho eso, su contenido es limitado, sus aspectos técnicos son más bien humildes, y existe un juego que lo supera en prácticamente todo: Ride 4, que consideramos un producto mucho más maduro y conveniente.

A menos que seamos absolutamente fanáticos de las motos deportivas de un litro de cilindrada, o de jugar con desarmarlas y volverlas a armar, por ahora creemos que es mejor seguir de largo.

*Este análisis fue realizado con un código proporcionado por Nacon*

  • Desarrollador: Raceward Studio
  • Publicado por: Nacon
  • Fecha de lanzamiento: 19 de Agosto de 2021 (Europa), 24 de Agosto de 2021 (América)
  • Plataformas: Xbox One, Xbox Series S/X, PlayStation 4, PlayStation 5, PC