Una recomendación de Game Pass: Dragon Quest XI

Por Carlos Carames

Habiendo sido anunciado en el pre show del Xbox Games Showcase allá por julio de 2020, el año  cerró con la llegada de este genial título, que es considerado uno de los mejores JRPG de la generación.

¿Pero qué es  Dragon Quest XI? Como bien dijimos antes, estamos ante un juego de rol japonés con un corte y  estilo muy clásicos, al punto que es de las pocas sagas que no abandonó sus raíces en su sistema de combate en pos de algo más de acción, sino que mantiene los ya clásicos combates por turnos, siendo esta faceta particularmente fácil en las primeras 30 horas del juego, periodo en el cual probablemente dejes que la misma CPU controle a tus compañeros para pelear y realizar tares de soporte mientras que tu rol en los combates se limitará más a atacar. Conforme avances más en el juego inevitablemente deberás revisar tu estrategia e ir hasta rotando los personajes que combaten para adaptarte a distintas situaciones de las peleas.

Respecto a la historia, Dragon Quest XI no propone una historia muy madura u oscura como la mayoría de los juegos de rol actuales, aunque eso no le quite genialidad. Aun cuando desde el principio nos topemos con la clásica historia de un joven elegido por una fuerza superior para salvar  al mundo de la destrucción y  donde muy buena parte del tiempo encontremos clichés muy tradicionales, el juego se las arregla para ofrecer un buen par de vueltas de tuerca a la historia, teniendo como principal punto fuerte a sus personajes: es muy poco común en un juego de rol encontrar personajes tan distintos teniendo cada uno un carisma muy particular: un ladrón que busca redimirse de su pasado, dos hermanas que supuestamente son gemelas y son drásticamente distintas, un caballero demasiado caballerezco, una princesa que no representa a la clásica y débil princesa en apuros o hasta un anciano que bueno, mejor no diremos más. El juego es muy fuerte en ese punto, cada personaje tiene lo suyo para aportar y pocos JRPGs lo han hecho tan bien como Dragon Quest XI.

Desde el punto de vista visual seguro que reconoces ese particular estilo en el diseño de personajes, ¿verdad? Y es que como te podrás imaginar, al igual  que todas las demás entregas de Dragon Quest, esta decimoprimera entrega numerada tiene diseño de personajes a cargo del mismísimo Akira Toriyama y si bien no nos consta que haya tenido algún tipo de influencia en la historia, seguro que algún otro guiño a la obra maestra de Toriyama vas a encontrar.


En otros segmentos, es un juego de rol japonés muy clásico: desde el crecimiento de los personajes que es muy tradicional y permite subir de nivel conforme acumulas experiencia a la vez que puedes aprender nuevas habilidades gastando puntos que obtienes al subir de nivel, hasta cosas más tradicionales como su esquema de exploración de mundo abierto que se va expandiendo. Donde quizá veas algo no muy tradicional para los JRPGs es en la particular opción de vencer algunos enemigos para posteriormente montar en ellos, de manera que puedas acceder a zonas del mapa que de otra manera serían inaccesibles. Acompañan este esquema una gran cantidad de misiones secundarias, un interesante y productivo modo de crafteo y algún minijuego muy particulares como pueden ser carreras de caballo en una ciudad. Es así como terminar Dragon Quest XI puede demandarte unas 70 horas en su primera vuelta, pero si sos completista o te quedan las mismas ganas de más que a nosotros, te comentamos que el juego no sólo ofrece la opción de iniciar una nueva partida+, sino que además te da la posibilidad de continuar un arco argumental distinto al original, de manera que puedas obtener un final bueno por decirlo de alguna manera. En nuestra vuelta extra para dicho final se nos fueron algo mas de 120 horas en total y nos quedan muchísimas misiones secundarias por cumplir, junto con algún que otro secreto extra por descubrir.


Pero, en qué se  diferencia esta entrega que llega a Xbox One tras tantos años después de su lanzamiento en PlayStation 4 allá por 2017? Esta versión, llamada Dragon Quest XI S es en realidad un port mejorado de la versión que se lanzó en Nintendo Switch allá por 2019, la cual si bien tiene algunas texturas con menor detalle, añade doblaje al japonés a un juego que originalmente solo tenía voces en inglés – el juego está enteramente subtitulado al español- banda sonora orquestal, misiones extra para complementar a los personajes del grupo, la posibilidad de jugar la totalidad del juego en un modo 2D similar al que tuvo el mismo Dragon Quest XI original en su versión para Nintendo 3DS y que nunca salió de tierras niponas más un notable trabajo de optimización, porque si bien hay texturas en menor calidad respecto al juego original, la posibilidad de disfrutar el juego en una resolución 4k a 60 fotogramas por segundo en su versión de Xbox One X es un salto de calidad visual y jugable descomunal.