REVIEW: Ghostrunner, ¿LA sorpresa del año?

Por Ariel "Kaji" Fuentes

¿Qué tanta paciencia tenemos cuando jugamos? ¿Aprendemos de nuestros errores? ¿Desarrollamos algún tipo de habilidad durante los años que hemos pasado con los videojuegos? Ghostrunner fue anunciado en 2019 por la empresa polaca One More Level. Se trata de un juego en primera persona que mezcla muchas de las influencias más originales de los últimos años.

En primer lugar, nos vamos a referir a su sencilla historia. Ghostrunner se sitúa en un universo distópico, postapocalíptico, donde gran parte de la humanidad ha sido exterminada y los supervivientes se amontonan en una última gran ciudad. No es nada que no hayamos visto antes, pero se narra de manera convincente y las actuaciones de voz son buenas.

Estéticamente, la dirección artística se alimenta de la tradición cyberpunk, con algunos diseños interesantes. Nuestro protagonista, el Ghostrunner, es un ninja tecno-orgánico con una gama amplia de habilidades de combate: aunque el único arma de que disponemos constantemente es nuestra fiel y poderosa katana, la movilidad que se nos permite es enorme. Podemos correr por las paredes, desplazarnos rápidamente en cualquier dirección y barrernos, entre otras habilidades básicas. También obtendremos potenciadores temporales como súper-saltos, shurikens eléctricos y la capacidad de ralentizar el tiempo para atravesar obstáculos que de otra forma serían infranqueables.

Ghostrunner nos ofrece la mejor utilización del parkour que hayamos visto jamás, incluso por encima de referentes como Mirror´s Edge o Titanfall, en los cuales se inspira claramente. La sofisticación de los movimientos que deberemos aprender a utilizar llegará a niveles que, después de horas de entrenamiento, nos sorprenderá a nosotros mismos. 


Una particularidad del juego es que tanto nosotros como casi todos nuestros enemigos regulares (exceptuando a los tres jefes) moriremos ante el primer impacto recibido. Esto implica un alto nivel de tensión en cualquier momento: somos muy letales y versátiles pero un simple error implica la muerte. Los rivales que enfrentaremos serán cada vez más peligrosos: primero portarán simple armas de fuego, luego escudos, y eventualmente harán gala de poderes que superen a los nuestros, como duplicación o teletransportación.

Afortunadamente, el personaje puede ir obteniendo una serie de habilidades especiales para diversificar y simplificar sus misiones: todas son poderosas, pero no podremos abusar de ellas, dado que dependemos de un medidor de energía que se recarga relativamente lento. Estas incluyen una onda expansiva de presión, un desenvaine ultrarrápido, controlar enemigos para que se ataquen entre ellos y una ráfaga de ataques de energía a distancia. Podemos configurar las habilidades equipadas en cualquier momento a partir de un esquema que homenajea al legendario Tetris.

El juego utiliza al Unreal Engine 4. Los niveles son amplios, relativamente lineales pero con cierto margen para la creatividad y, en una Xbox One X, se ven significativamente bien. Las texturas e iluminación son correctas y transmiten apropiadamente un entorno futurista y opresivo. La música es coherente con el ambiente presentado, basándose en estilos techno que traen reminiscencias a la mítica banda de sonido de Oni, que Bungie publicó hace dos décadas. 


No tuvimos problemas de rendimiento, aunque en varias oportunidades el juego obligó a nuestra consola a resetearse cuando quisimos continuar la campaña después de haber suspendido la Xbox. Perdimos, entonces, el progreso que habíamos logrado en los niveles que estábamos recorriendo.

Para transmitir la experiencia de jugar a Ghostrunner, sugerimos pensar en una mezcla de los ya mencionados Titanfall y Mirror´s Edge (obvias referencias cuando hablamos de parkour), Superhot (el excelente juego de combate en primera persona que hace un extraordinario uso de la cámara lenta) y Katana Zero (un indie muy recomendable que acaba de ingresar a Game Pass y que, como Ghostrunner, implica tanto la utilización de espadas japonesas como la manipulación del tiempo). Por variados que sean esos títulos, Ghostrunner logra tomar su influencia de una manera muy original: combate melee, más un parkour muy intenso, en escenarios diseñados cuidadosamente para utilizar todas nuestras capacidades e, inevitablemente, tener que repetirlos una y otra vez tras cada caída. Vamos a fracasar literalmente cientos de veces antes de poder avanzar, pero cada victoria es muy gratificante: cada escenario superado implica una cuidadosa planificación y ejecución, y nunca podemos confiar en la suerte.

Aunque el sistema de checkpoints suele ser razonable, hay algunos puntos en los cuales se nos solicita recorrer secciones extremadamente demandantes antes de lograr salvar la partida. No hay opción de seleccionar dificultad. Por defecto, Ghostrunner es un juego muy exigente, que llevó al límite a nuestras habilidades para poder completarlo, pero nunca se siente injusto. La campaña consta de 17 misiones muy bien organizadas, y nos tomó un total de exactamente 12 horas. 


A medida que progresamos, el juego nos ofrece nuevas situaciones para utilizar cada habilidad o movimiento: esto se desenvuelve de una manera muy satisfactoria y nunca llega a resultar repetitivo. Es probable que el juego fuera diseñado pensando en teclado y mouse, pero pudimos completarlo utilizando un mando de Xbox a pesar de los inmensos picos de dificultad. La pelea contra el primer jefe, en particular, y algunos tramos del último nivel pusieron a prueba nuestra templanza como guerreros virtuales.

En el store argentino de Xbox, Ghostrunner cuesta $1499. ¿Podemos recomendarlo? Antes que nada, debemos reseñar que no apunta a un público generalista. El nivel de exigencia del juego es mucho más elevado que el promedio, y -por otra parte- el público más extremo puede terminarlo en un par de días. ¿Cuál es su gracia, entonces? Creemos que se terminará transformando en una leyenda en el ambiente de speedrunners, aquellos jugadores que intentan completar un título en el menor tiempo posible. Incluso antes del lanzamiento del juego completo, la demo de Ghostrunner fue extremadamente bien recibida en ese particular ecosistema competitivo. El juego monitorea dos variables en particular para medir nuestro éxito: el tiempo que insumimos en completar cada nivel y la cantidad de muertes que eso nos implicó.

Para los jugadores más casuales, o para aquellos interesados en experimentar una historia profunda, probablemente sea mejor esperar a una oferta. Estamos en presencia de un título muy demandante y potencialmente frustrante para quienes no tengan la habilidad, el tiempo o la mera paciencia necesaria para afrontar el desafío.

Ghostrunner es un excelente título de nicho, que cumple todo aquello que se propone: ofrecer niveles extremos de movilidad en escenarios muy bien diseñados para recorrerlos en el menor tiempo posible.

  • Desarrollado por: One More Level
  • Publicado por: 505 Games
  • Fecha de lanzamiento: 27 de Octubre de 2020
  • Plataformas: Xbox One, PC, PS4 

*Agradecidimientos a 505 Games por facilitar una copia de review de este juego*